Volvíamos a enfrentarnos a BBR, un equipo que ha mejorado mucho y en el que la altura de algunos jugadores se hizo notar durante el partido. Llegábamos con varias bajas y jugadores justos, alguno de ellos aún convaleciente, pero nada de eso nos impidió salir a darlo todo. Fue un encuentro en el que Javier, el entrenador rival, y yo disfrutamos como el primer día; por partidos como este nos hicimos entrenadores. Fueron las últimas palabras que nos dijimos antes de despedirnos.

El partido estuvo repleto de transiciones, tiros y entradas a canasta, con un ritmo muy dinámico para ambos conjuntos. Empezamos con la presión que tanto habíamos trabajado, lo que nos permitió robar numerosos balones. Sin embargo, fallamos hasta 8 entradas en el primer cuarto, lo que nos condicionó para el resto del encuentro. Además, a causa de las bajas y del cansancio, en los últimos cuartos bajamos ligeramente la intensidad defensiva, que hasta entonces había sido muy alta.

Por otra parte, la altura del rival se impuso en la zona, y cada vez que llegaban a nuestra canasta, apenas les dábamos opciones de fallo. En general, fue un partido muy reñido y disputado, llegando a superar los 100 puntos en total entre ambos equipos, algo poco habitual en estas categorías. Finalmente, perdimos el partido, en parte por los errores del principio y por cierta relajación defensiva. Aun así, nos sabe a victoria porque fue un auténtico impulso de moral para los dos equipos.

-Jesús Llorente-